Estos dos pequeños decidieron pasar un buen rato y se les ocurrió jugar con la pintura, sin embargo se les pasó un poco la mano pues terminaron con toda la cara, cabello y cuerpo pintado de diferentes colores.
Su padre los puso en la bañera para hablar con ellos y regañarlos por haber pintado toda la casa, sin embargo no pudo mantenerse serio al ver la carita de los traviesos, quien inocentemente escuchaban a su papá.
¿Creen que debería castigarlos?, dice su padre mientras los pequeños mueven la cabecita indicando que no, ¿no lo creen?… ¿Creen que no debería darles más jugo? Les vuelve a preguntar (en tono serio) para que después no resistir y atacarse de risa.
¡Vean el momento!
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